Friday, June 30, 2006

COMO CONTRIBUIR AL EXITO DE LA AGENDA PARA EL DESARROLLO DE DOHA

COMO CONTRIBUIR AL EXITO DE LA AGENDA

PARA EL DESARROLLO DE DOHA

PRESENTACION DEL MINISTRO DE HACIENDA DE CHILE

NICOLAS EYZAGUIRRE EN EL FORO GLOBAL DE LA OCDE

París, 29 de abril de 2003

Quiero comenzar agradeciendo la invitación que la OCDE le ha hecho a Chile para participar en el Foro Global de este año y en particular en este panel que discute un tema de la mayor importancia para un país en desarrollo como el mío. Para nadie es una sorpresa el interés que tiene la OCDE en el éxito de la Ronda del Desarrollo de Doha. La Organización ha hecho un esfuerzo considerable, tanto humano como financiero, en la preparación de documentos, conducción de seminarios y elaboración de trabajos analíticos para ayudar a los países no miembros a comprender lo que está en juego en la OMC y apoyar nuestra plena participación en las negociaciones. A través de esta agenda de trabajo, la OCDE ha, al mismo tiempo, destacado y abordado las preocupaciones de los países no miembros en lo que se refiere a las dificultades que enfrentan en la implementación de los acuerdos de la OMC y a los potenciales desequilibrios en las actuales negociaciones. En mis palabras me referiré a tres temas. Primero, a la importancia que tienen las reformas en los países no las reformas de la política económica en los países no miembros, particularmente en el área de la política comercial. En segundo lugar, a la difícil economía política de tales reformas. Por último, y basándome en los dos puntos anteriores, concluiré con algunos comentarios respecto de qué podemos hacer colectivamente para contribuir a la Ronda de Doha.

Chile comenzó a reformar su complejo e intricado régimen de política comercial hace aproximadamente treinta años. Inicialmente ello se hizo muy rápidamente y, en los años ochenta, se produjo una reversión parcial. Pero de 1985 en adelante hemos reducido la tarifa de importación de 35% a 6% en un proceso sistemático y sustentable. Ello ha resultado en un incremento y diversificación significativo de las exportaciones, y contribuido, junto con otras reformas y a una política macroeconómica prudente, a tasas de crecimiento más altas. Hemos combinado esta reforma unilateral con varios acuerdos de libre comercio con una cobertura amplia de temas. Nuestra conclusión es que las reformas, incluyendo la reforma de la política comercial, han sido cruciales para Chile. Sin embargo, hemos aprendido una importante lección. Si tales reformas han de tener efectos positivos, deben ser sustentables y mantenidas en el tiempo. De no ser así, nunca se cosecharán sus beneficios.

Además de reducir los aranceles a la importación y eliminado todas las formas de restricción cuantitativa, hemos modernizado nuestro servicio de aduanas para facilitar el comercio, adoptado procedimientos transparentes en el sector público y elevado el nivel de protección de los derechos de propiedad intelectual. Como todos sabemos, la liberalización del comercio positiva, diría incluso que inevitable, para una economía pequeña. Sin embargo, internamente como resultado de la apertura al comercio habrá ganadores y perdedores. Los países en desarrollo no cuentan con los instrumentos para compensar a aquellos que pierden con la reforma de la política comercial. Dicha compensación implicaría la reasignación de los escasos recursos financieros con estas economías cuentan desde prioridades tales como la educación, la salud y el alivio de la pobreza, o bien pondría en peligro la estabilidad macroeconómica. A ello debemos además agregar los costos involucrados en la modernización de las aduanas, la capacitación del personal de las agencias regulatorias y el cumplimiento de las leyes que protegen la propiedad intelectual.

Más aún, la reforma comercial, así como las reformas en general, no sólo son costosas para las economías en términos de recursos financieros. También son costosas desde el punto de vista del significativo capital político que los gobiernos deben gastar en el esfuerzo por empujar y mantener las reformas, precisamente porque no cuentan con los medios para compensar a los perdedores y posiblemente tengan que reorientar fondos desde los programas sociales, como ya se mencionó. Por tanto, los gobiernos deben convencer a sus electores que la reforma de la política comercial es buena en el mediano y largo plazo, pero que tiene costos en el corto.

Pero, si junto con implementar reformas nuestros exportadores continúan enfrentando altos aranceles a los productos en los que tienen ventajas comparativas, en especial los agrícolas y textiles; si al mismo tiempo tienen que competir con productores de países desarrollados que reciben grandes subsidios de sus gobiernos; si al mismo tiempo siguen bajo la espada de Damocles del antidumping, entonces argumentar en favor de la liberalización es extremadamente difícil. ¿Cómo puede convencerse/podemos convencer a los pobres que la protección de las patentes farmacéuticas tiene beneficios si sus gobiernos no pueden garantizarles que las medicinas necesarias para combatir las epidemias van a estar disponibles? ¿Cómo puede convencerse/podemos convencer a las empresas que inviertan en competitividad si no podemos asegurarles el acceso a los mercados?.

Mi punto es que hacer reformas tiene costos, tanto en las economías de la OCDE como en las que no son miembros de la organización. En ambos tipos de países algunos grupos de electores se verán afectados negativamente por la adopción de un nuevo marco de políticas. El problema que enfrentamos en las negociaciones multilaterales es que las economías que no son miembros perciben, y en mi opinión en parte correctamente, que el peso no está repartido de manera equitativa, que sus preocupaciones y aspiraciones son ignoradas, y que las rondas multilaterales están sesgadas a favor de los países desarrollados.

Entonces, ¿qué podemos hacer colectivamente para contribuir a la Ronda del Desarrollo de Doha? Tres aspectos aparecen como destacables. Sin duda alguna, el primer tema que debe ser enfrentado es la agricultura. En mi opinión, ya se terminó el tiempo para soluciones cosméticas. Cifras publicadas en 2001 por la OCDE muestran que los países miembros gastan más de US$ 300 mil millones al año en subsidios agrícolas. Ello implica que un tercio del ingreso que obtiene un agricultor proviene de programas gubernamentales. Estos 300 mil millones de dólares equivalen al doble de las exportaciones agrícolas y a cinco veces el monto gastado en ayuda para el desarrollo.[1]

Desde ese año hasta ahora las cosas no han cambiado mucho. Más aún, es posible que hayan empeorado. Un ejemplo de ello es el programa de apoyo a la agricultura recientemente implementado por EE.UU. Por otra parte, tal como lo concluye la OCDE, el Acuerdo sobre la Agricultura de la Ronda Uruguay sólo redujo de manera limitada la

protección efectiva de que goza este sector.

Desde el punto de vista de los países en desarrollo, la Ronda de Doha debe llevar a resultados concretos e inmediatos en agricultura. Reformas que se traducirán en educciones de los apoyos internos a la producción y de los subsidios a la exportación en lazos de diez o quince años después de concluida la ronda simplemente no tienen redibilidad. Ahora es cuando debe comenzar la eliminación de las distorsiones a la roducción y comercio de bienes agrícolas. Comentarios similares pueden hacerse respecto de la protección al sector textil y el escalonamiento arancelario en el caso de los bienes manufacturados.

No obstante, la Ronda de Doha no solo involucra el acceso a los mercados. La búsqueda de un equilibrio en las obligaciones y disciplinas con seguridad contribuiría al éxito de la Ronda del Desarrollo. La Ronda Uruguay tuvo un fuerte énfasis en establecer disciplinas a los subsidios no-agrícolas, en aumentar la protección a los derechos de propiedad intelectual, en limitar los requisitos de desempeño, en abrir los mercados de servicios financieros, y en introducir transparencia en los procesos regulatorios. Vemos ahora presiones adicionales para aumentar las obligaciones de transparencia en los servicios y las compras públicas y por una mayor apertura de los mercados de servicios financieros. Pero, ¿qué ocurre respecto de las disciplinas en la aplicación de medidas antidumping? ¿en qué está el tema de las licencias obligatorias de medicinas en el caso de epidemias? ¿qué se discute respecto de limitar los subsidios utilizados a nivel local en los países de la OECD para atraer la inversión extranjera? Nuevamente, la percepción actual es que el costo político de la liberalización no está siendo compartido de manera equitativa, siendo mayor en el caso de los países institucionalmente más débiles.

Por ultimo, los miembros de la OMC deben considerar la incorporación de gradualidad en la adopción de los compromisos mismos de manera de hacer factibles las reformas en áreas tales como la transparencia en la regulación de los servicios o la protección de los derechos de propiedad intelectual. No creemos en un trato especial y diferenciado en lo que dice relación con el nivel de las obligaciones, pero sí creemos que los países en desarrollo requieren de mayores plazos para la adopción de estas obligaciones porque el cumplimiento de éstas requiere de la desviación de recursos de otras prioridades como la educación, la salud y el desarrollo de las instituciones. No podemos esperar que los funcionarios públicos y la tecnología del sector público tengan la misma calidad en un país con un ingreso per cápita de US$ 4.000 que un país con un PIB per cápita de US$ 30.000.

En conclusión, creemos que hacer reformas es beneficioso, que la transparencia es necesaria, que proteger la propiedad intelectual es positivo y que eliminar los subsidios es urgente. Para hacer todo ello en la Ronda de Doha, los gobiernos de los países en desarrollo necesitan del apoyo de sus electores. Los países en desarrollo deben percibir que existen beneficios comerciales sustantivos y concretos en esta ronda. No habrá posibilidad de hacer reformas si se mantienen los desequilibrios que he mencionado en las actuales reglas multilaterales, así como otros que he omitido.

Tengo mucha esperanza respecto del resultado de la agenda para el desarrollo de Doha. Estoy convencido que existe espacio para avanzar en las negociaciones si una relativamente mayor proporción de los sacrificios en esta oportunidad son aceptados por las economías desarrolladas.



[1] “Towards more Liberal Agricultural Trade”, OECD Policy Brief, Noviembre de 2001.

Dilema empresarial: ¿Schumpeterianos o lumpen burguesía?

Dilema empresarial: ¿Schumpeterianos o lumpen burguesía?

por Leopoldo Lavín Mujica

Desde una perspectiva histórica, el neoliberalismo a la chilena habrá sido un factor de atraso. En el plano educativo es una evidencia. Pero también es responsable de encadenar al empresariado a percepciones erróneas y de impedir que los gobiernos post-dictadura tomen las decisiones atinadas.

Puesto que para que se generen procesos de inversión, de competitividad y de innovación en un contexto democrático, es fundamental un cambio de perspectiva y que al menos se instalen tres condiciones:
1) que el Estado invierta en un sistema de educación pública gratuito y moderno;
2) que el empresariado adopte una cultura de empresa democrática y se abra a un nuevo contrato social o pacto de solidaridad;
3) que las organizaciones sindicales puedan negociar en posición de igualdad sus remuneraciones y condiciones de trabajo, e introducir mecanismos de participación en la vida y en las decisiones de la empresa.

Es evidente que en este proceso el Estado debe desempeñar un rol de articulador y promotor de las transformaciones.

El telón de fondo son las mutaciones socioculturales de los tiempos presentes; los ciudadanos trabajadores y los movimientos sociales exigirán cada vez más condiciones de vida acordes al imaginario de la época; más democracia, más igualdad, más distribución de la riqueza y más respeto del medio ambiente.

La contradicción. Las “reformas microeconómicas” reclamadas por el empresariado son una vuelta atrás. La flexibilidad, el trabajo precario de las subcontrataciones, las estrategias antisindicales y los bajos salarios son socialmente inaceptables. Estas realidades corresponden a un ciclo que se acaba. El nuevo período implica encarar los grandes desafíos de las sociedades del conocimiento, de la ‘nueva economía’.

Si el actor patronal no renueva sus esquemas de percepción de la realidad socio-económica nacional y global, el desarrollo futuro de los acontecimientos los sindicará como el único responsable de sus propias frustraciones.

Se aplicará en este caso la figura de “burguesías lumpen”(1). Concepto forjado por André Gunder Frank (1929-2005), que designa a una clase capitalista sin voluntad de desarrollo-nación, políticamente miope, dócil, subordinada a los centros capitalistas mundiales y neoliberales de poder. Además de ser depredadora y destructora tanto del tejido social, como del medio ambiente, y de la calidad de vida. Empresarios prestos a invertir y a especular en los mercados financieros globales pero desatendiendo la inversión nacional en tecnología creadora de puestos de trabajo.

La otra opción es la de asumir la categoría de ‘empresarios capitalistas innovadores’ elaborada por Joseph Schumpeter (2). Desembarazarse de los reflejos autoritarios y corporativistas de clase dominante. Entrar al mundo democrático, invertir, innovar, motivados por la búsqueda del lucro razonable -no se les puede pedir que se conviertan de golpe al Bien Común y a la solidaridad social, éstas son tareas de la Izquierda-, pero, jugando limpio y generando empleos buenos.

La actitud ‘schumpeteriana’ exige ponerse de acuerdo con el Estado y con las organizaciones de trabajadores en planes de innovación tecnológica, de formación y de inversión. Aceptar la democracia en la empresa, la transparencia en las transacciones y rendir cuentas a las asambleas de trabajadores.

Por supuesto, la realidad muestra que para dar este salto se requiere mucha clarividencia y apertura de espíritu; actitudes que escasean en las elites empresariales chilenas y en sus mentores traídos de la realidad neoliberal estadounidense.

Para algo tendrían que servir los cursillos de ‘ética en los negocios’ y de la ‘responsabilidad de la empresa’ de las Universidades (3). No sólo para darse una buena conciencia y practicar una actitud cívica dicotómica: capitalistas de día, moralistas en los editoriales de los fines de semana.

Nada fácil la reconversión cultural, económica y política, para quienes vivieron en el confort y la indiferencia. Los grupos empresariales, al copar el Estado dictatorial usufructuaron de las prebendas que se auto-regalaron. Sin más, la palanca de la productividad y la competitividad del modelo ha sido la mano de obra barata, explotada y con poco valor agregado en el plano del conocimiento.

Y lo peor, creyeron que esto duraría eternamente. Por cierto, las leyes laborales vigentes aún benefician al capital; dificultan la organización sindical obstaculizan una negociación justa. Situación asimétrica que de continuar son una bomba de tiempo social.

Pero la dialéctica de la globalización y de la profundización de la democracia obliga a dar saltos cualitativos (políticos, económicos y sociales) o a vegetar en modo estancamiento o agonía paulatina. Las sobadas de lomo de los ministros de la Concertación no ayudan a la clase empresarial a actuar según el principio de realidad, para evitar otro caso de desarrollo frustrado en los albores del siglo XXI.

El paradigma educación/innovación/desarrollo

Las profundas transformaciones de la ciencia durante el siglo XX son la fuente de la Tercera Revolución Industrial; la de las nuevas tecnologías que son tecnologías fundamentalmente intelectuales. Esta revolución le dio un impulso a la globalización capitalista y creó los fundamentos para una economía del conocimiento que puso al saber al centro de la actividad humana y de las transformaciones sociales.

Es el nuevo paradigma. El debate tendría que considerar las certezas razonables que todos los estudios mundiales sobre el tópico resaltan. Que llegado el momento, el del empuje final, las sociedades que emergen y que navegan con éxito en el contexto global son aquellas que invierten en los sistemas educativos como condición ‘sine qua non’ para atraer inversiones con transferencia tecnológica.

Uno de los mejores ejemplos de la incomprensión de los vínculos entre educación y sociedad del saber, es la discusión bizantina entre parlamentarios acerca del carácter militar o civil del satélite europeo. El debate tendría que responder a las siguientes preguntas: ¿está preparado el país para aprovechar en el plano científico-educativo el impacto de una compleja y rica tecnología de manera que ella repercuta y se propague como una onda benéfica por todo el sistema de Investigación+Desarrollo y educativo, desde los laboratorios de las Universidades hasta la escuelita de Cherquenco? y ¿un satélite militar-civil es la mejor inversión, considerando sus costos, para obtener beneficios en el campo de las nuevas tecnologías, que ayude a un proyecto de Investigación+Desarrollo que se disemine hasta las empresas innovadoras? (4)

Puede que no. Los estudios muestran que no hay salto posible a las economías del ‘conocimiento’, del ‘saber’ o ‘Nueva economía’ sin quemar la etapa de la inversión masiva en educación pública. Dato duro que también pareciera ser ignorado por los poderes económicos, por el sistema de partidos y por los inefables think tanks liberales.

En efecto, el vínculo entre inversiones masivas en la red pública de educación, con una vasta masa de ciudadanos provistos de altos niveles de escolaridad técnica, humanista y profesional y la atracción de inversiones con transferencia tecnológicas, ha sido probado por los más recientes estudios. Muchos de ellos confirman que para optimizar la propagación de la onda innovadora es necesario un cambio en la cultura de la empresa hacia más beneficios para los trabajadores y una mayor participación de éstos/éstas en los planes de capacitación.

Es sabido que la no integración de los trabajadores en los procesos de reconversión tecnológica genera problemas de desinterés y de rechazo que ni las más eficaces técnicas de ‘management’ o de ‘reingeniería de la empresa’ pueden resolver. Eso que los psicólogos del trabajo llaman burn-out, depresión o stress, la teoría marxista ya lo estudió como los efectos de la alienación en el trabajo en condiciones de explotación y de individualización de la relación laboral. Por suerte la subjetividad de la gente resiste y se protege colectivamente por la acción social y política.

Trabajar por lograr la conjunción de estos procesos (educativo, de inversiones con valor agregado y de reformas en la empresa) es el único trampolín para emerger, es decir aumentar los niveles y la calidad de vida del conjunto de una comunidad nacional. Esto es fruto de un trabajo mancomunado.

Socializar los esfuerzos


Para innovar en tecnologías todo el mundo está de acuerdo que se requiere una gran inversión y apoyo estatal directo o bajo la forma de incentivos fiscales (en este punto no hay burgués o empresario que no sea estatista). Lanzarse en el desafío implica además de la colaboración activa y sinergética de la empresa privada (de todos los tamaños) y de sus laboratorios de investigación (si los hay) junto con los centros científicos, universitarios y técnicos.

Cuando estas redes son densas y existe una sana cultura del estudio y del trabajo de investigación, se instala allí un clima propicio para la innovación. Tal ambiente facilita el fenómeno de las inversiones que sólo cuando cuentan con el factor humano formado y educado pueden atraer la implantación de nuevas tecnologías bajo la forma de inversiones. Son las transferencias tecnológicas que para las economías emergentes constituyen nuevos atajos en el plano de la innovación, puesto que estimulan la creatividad e incluso de imitan y copian. Pero para hacerlo, hay que saber y estudiar como hacerlo bien. Ha sido el camino chino (5).

Como puede verse, el círculo virtuoso de las economías exitosas del saber y del conocimiento, que permite que éstas se inserten con éxito en la economía global, tiene como pivote un sistema educativo eficaz y abierto a todos. Ha sido el camino que Irlanda ha seguido (además de Finlandia, Dinamarca y Noruega) quién sólo en 15 años, pero apoyándose en una educación post secundaria pública y gratuita, logró instalarse en la Economía del Saber. Pero para darse estas bases fundacionales no hay atajos. Cuestión de vigilancia ciudadana.

__________

(1) Ver Capitalismo y Subdesarrollo en América Latina: http://www.eumed.net/cursecon/textos/Frank/index.htm

(2) Es en la Teoría de la Evolución Económica (1912) y en Business Cycles (1939) que Joseph Schumpeter presenta al capitalismo como un sistema inestable cuyas perpetuas transformaciones tecnológicas producen ciclos largos, puestos en evidencia por Nicolás Kondratieff. La dinámica de las innovaciones está ligada a la existencia de empresarios innovadores y a una cultura de la innovación. Los estudios actuales muestran que la participación de los trabajadores en el proceso se revela esencial.

(3) Los cursos de ética en el curriculum de las escuelas de negocios fueron una respuesta a la impugnación moral al capitalismo debido a la ola de corrupción que a fines de los 90 se produjo en la grandes empresas. Los manejos delictuosos de los ejecutivos de Enron, Worldcom, Vivendi, y las maniobras especulativas en el mercado del cobre por operadores de SUMITOMO y del Estado chino, son algunos de los ejemplos más notables. Además del comportamiento antisindical e inhumano de Wal-Mart y de la explotación del trabajo infantil de Nike y de Gap. Ver ‘No Logo’ de Naomi Klein.

(4) Hubiera sido más razonable invertir en una nueva tecnología energética que permitiera ya comenzar a paliar el grave retraso en energías renovables que tendrá Chile en los años venideros.

(5) Las poderosas empresas de la energía nuclear, Westinghouse de EE.UU. y Areva de Francia, saben que la que gane los contratos para construir reactores de tercera generación en China, perderá sin más, en algunos años, la propiedad intelectual sobre la sofisticada tecnología. No hay contrato legal que pueda impedirlo.


_______________________________________

Leopoldo Lavín Mujica es profesor del Departamento de Filosofía del Collège de Limoilou, Quebec, Canadá. leopoldo.lavin@climoilou.qc.ca

Thursday, June 29, 2006

GLOBALIZACIÓN Y POBREZA

2005
Pobreza y globalización

¿De qué estamos hablando cuando hablamos de pobreza?

Según el Programa de Acción de la Cumbre Social, “la pobreza tiene diversas manifestaciones: falta de ingresos y de recursos productivos suficientes para garantizar medios de vida sostenibles, hambre y malnutrición, mala salud, falta de acceso o acceso limitado a la educación y a otros servicios básicos, aumento de la morbilidad y la mortalidad a causa de enfermedades, carencia de vivienda o vivienda inadecuada, entornos que no ofrecen condiciones de seguridad, y discriminación y exclusión sociales. También se caracteriza por la falta de participación en la adopción de decisiones en la vida civil, social y cultural. La pobreza se manifiesta en todos los países: como pobreza generalizada en muchos países en desarrollo, como focos de pobreza en medio de la abundancia en países desarrollados, como pérdida de los medios de vida a raíz de una recesión económica, como consecuencia repentina de desastres o conflictos, como pobreza de los trabajadores de bajos ingresos y miseria absoluta de quienes quedan al margen de los sistemas de apoyo de las familias, las instituciones sociales y las redes de seguridad.” El documento también subraya que “las situaciones de pobreza absoluta se caracterizan por una grave privación de elementos de importancia vital para los seres humanos: comida, agua potable, instalaciones de saneamiento, atención de la salud, vivienda, enseñanza e información. Esas situaciones dependen no sólo de los ingresos, sino de la posibilidad de acceder a los servicios sociales.”

La Declaración del Milenio utiliza la expresión “pobreza extrema” probablemente en el mismo sentido que la Cumbre Social, ya que ambas declaraciones mencionan la cifra de “más de 1.000 millones” de personas viviendo en pobreza extrema o absoluta en el mundo.

LEER MÁS

Wednesday, June 28, 2006

MAS SOBRE EL TEMA DE LOS TRANSGÉNICOS

Grupos de América Latina y África rechazan proyectos de bioseguridad del Banco Mundial y el GEF

por ETC Group.org

miércoles 28 de junio de 2006

Comunicado de Prensa / 27 de junio 2006

Dos proyectos del Banco Mundial, a través del Fondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF por sus siglas en inglés), proponen introducir variedades transgénicas de cultivos como maíz, papa, yuca, arroz y algodón en cinco países latinoamericanos y cuatro africanos, que son centros de origen o diversidad de éstos y otros importantes cultivos básicos. Organizaciones de la sociedad civil advierten que la contaminación transgénica a que se expone a cultivos fundamentales para las economías campesinas es un riesgo inaceptable. Los multimillonarios proyectos son promovidos bajo el disfraz de investigación científica en bioseguridad, pero las organizaciones de ambos continentes llaman a su inmediato rechazo ya que amenazan la soberanía alimentaria y los sistemas de semillas campesinos.

Control de la Internet, una lucha entre gigantes

Antimonopolio: La CE estudia la multa que impondrá a Microsoft

27/06/2006 - 20:18
IBLNEWS, AGENCIAS


Microsoft no convence a la Comisión Europea. Tras un litigio interminable en dónde, por un lado, Europa ha amenazado a la empresa de Bill Gates con una multa de dos millones de euros diarios por no ofrecer a sus competidores información necesaria para poder fabricar productos compatibles con el sistema operativo Windows y, por otro lado, Microsoft ha demorado la multa presentando miles de papeles y prometiendo desvelar sus secretos, se acaba la paciencia. Ahora, la CE estudia si impone la multa prevista u otra al gigante informático por sus prácticas antimonopolio.

La Comisión Europea está estudiando la cuantía de la multa que impondrá a Microsoft tras concluir que no ha cumplido las exigencias impuestas por Bruselas en marzo de 2004 para permitir a otras compañías desarrollar programas compatibles con su sistema operativo Windows.

Fuentes cercanas al caso confirmaron que el Ejecutivo de la UE ya ha enviado a las autoridades de competencia de los Estados miembros la propuesta de decisión en la que constata que el gigante informático no ha facilitado a sus rivales la información necesaria para que sus programas sean compatibles con Windows, pero precisaron que todavía no ha decidido el importe de la sanción que le impondrá.

El próximo lunes, responsables comunitarios del área de Competencia discutirán la propuesta de decisión con representantes de los Veinticinco, cuya opinión es preceptiva pero no vinculante y que, previsiblemente, la respaldarán.

En un encuentro posterior, el 10 de julio, se discutirá el importe de la multa que, según las fuentes, todavía no se ha determinado, pero que puede rondar los 400 millones de euros.

En diciembre pasado, la comisaria europea de Competencia, Neelie Kroes, envió a Microsoft un pliego de cargos al considerar que la información facilitada a sus competidores hasta ese momento no era suficiente para garantizar la interoperabilidad y le amenazó con una sanción de dos millones de euros por cada día de incumplimiento.

Si finalmente la multa se fija con efecto retroactivo desde el 15 de diciembre de 2005, su cuantía puede superar los 400 millones de euros.

El portavoz de Competencia de la Comisión Europea, Jonathan Todd, confirmó hoy en rueda de prensa que Bruselas decidirá "antes de finales de julio" si impone o no una multa diaria a la compañía informática.

Abuso de posición

La disputa entre la Comisión Europea y Microsoft se remonta a marzo de 2004 cuando, tras una larga investigación, Bruselas concluyó que la compañía había abusado de su posición dominante en el mercado y le impuso una multa de 497,2 millones de euros.

Estableció, además, dos medidas correctivas: comercializar en la UE una versión de Windows sin el reproductor Media Player y ceder a sus rivales los datos necesarios para que los programas de éstos sean compatibles con el casi universal sistema operativo.

El gigante estadounidense ya cumplió la primera medida, pero no la segunda, en opinión de la Comisión, por lo que en diciembre decidió enviar el pliego de cargos y amenazarle con nuevas multas.

El caso llegó en abril pasado al Tribunal de Justicia de la UE, tras el recurso presentado por Microsoft contra la decisión de Bruselas, aunque la sentencia se demorará todavía bastantes meses.

Friday, June 23, 2006

El comercio, la ronda de Doha y la reducción de la pobreza

El comercio, la ronda de Doha y la reducción de la pobreza

“El comercio es el eslabón perdido cuando hablamos de empleo y oportunidades. A menos que las personas de África y otros países pobres tengan acceso a mercados donde puedan vender sus productos, no podrán escapar de la pobreza ni dar a sus hijos un futuro mejor”, afirmó Paul Wolfowitz, presidente del Banco Mundial, el 7 de diciembre de 2005 en el National Press Club en Washington DC.

PANORAMA GENERAL

Un buen resultado en pro del desarrollo de la Ronda de Doha implicaría que: (1) los países ricos liberalicen sus políticas comerciales agrícolas, donde el acceso a los mercados a través de la reducción de la ayuda interna (por ejemplo, en la industria del algodón) sería un elemento decisivo; (2) todos los países participen, incluidos los países en desarrollo, quienes se verían más favorecidos por su propia liberalización y por la expansión del comercio entre los países del hemisferio Sur (comercio sur-sur); esto significa que el G-20 debe responder a las reformas agrícolas en los países industrializados eliminando las barreras impuestas al comercio de productos manufacturados y servicios; por su parte, los países más pobres deben asumir los compromisos básicos con la OMC en lugar de depender de disposiciones de tratamiento especial y diferenciado para evitar emprender acciones; y (3) se implantara la “ayuda por comercio”, es decir, una mayor ayuda a los países pobres para mejorar la infraestructura y la eliminación de las restricciones a sus esfuerzos por ampliar el comercio, todo ello como complemento importante a ambiciosas reformas comerciales, pero bajo ninguna circunstancia como sustito de tales reformas.

Los países en desarrollo se han mantenido activos en su exploración de nuevas oportunidades comerciales. En ese sentido, la participación de mercado de los países en desarrollo en el comercio mundial (exportaciones más importaciones) aumentó de 23% a 27% entre los años 2000 y 2004.

Los países en desarrollo aún deben enfrentar distorsiones comerciales significativas: el apoyo al sector agrícola (incluidos subsidios que distorsionan el comercio y obstáculos al comercial internacional) en los países desarrollados asciende a unos US$350.000 millones, más que el PIB de África y más de tres veces el nivel de ayuda extranjera en el año 2005.

Los países de ingreso alto de la OCDE continúan imponiendo restricciones comerciales a las exportaciones de los países de ingreso bajo que son relativamente mayores a las que imponen a sus demás socios comerciales (según evidencian las estimaciones del índice de restricciones comerciales).

Descripción general

El comercio internacional puede jugar un papel importante en la lucha contra la pobreza, ya que genera empleos e impulsa el desarrollo económico de los países en desarrollo. Los países que ingresaron a los mercados de exportaciones a través del comercio y afianzaron sus vínculos con la economía mundial han tendido a crecer con mayor rapidez que aquellos que no lo hicieron.

Desafortunadamente, muchos países en desarrollo enfrentan enormes obstáculos para hacer realidad las posibles ventajas que el ofrece un aumento del comercio. Estos países se ven obstaculizados por una infraestructura deficiente y políticas de gobierno que han fracasado al tratar de promover la inversión y la seguridad económica.

Aunque muchos de estos gobiernos han incrementado sus esfuerzos por hacer frente a estas deficiencias, se han visto excluidos de los principales mercados de los países ricos debido a los altos aranceles y a otras barreras impuestas a los productos agrícolas y manufacturados que tratan de vender, precisamente las áreas en que tienen ventajas competitivas. El Banco Mundial, como parte de su estrategia general para la reducción de la pobreza, aboga por una reforma del comercio tanto a nivel nacional como mundial, a fin de ayudar a los países en desarrollo a aprovechar los nuevos mercados.

Se van eliminando barreras

A nivel mundial, el Banco trata de lograr que el sistema comercial internacional sea más propicio para los países en desarrollo y con este fin fomenta la liberalización comercial y trabaja en colaboración con los países en desarrollo, los asociados no gubernamentales y la Organización Mundial del Comercio (OMC) para promover avances en las negociaciones comerciales de la Ronda de Doha. Esta fue la primera vez que el tema central de las conversaciones de una ronda multilateral de negociaciones comerciales (que se inició en Doha, Qatar en noviembre de 2001) giró en torno a los intereses de los países en desarrollo. Habiendo transcurrido ya cuatro años, los negociadores continúan luchando por lograr que la ronda genere resultados significativos orientados al desarrollo. En ese sentido, la sexta conferencia ministerial de la OMC celebrada entre el 13 y 18 de diciembre de 2005 en Hong Kong, China, obtuvo resultados modestos, aunque hubo una sensación generalizada de alivio por haber logrado algunos avances (por ejemplo, el acuerdo sobre la fecha final (2013) para la eliminación de los subsidios a las exportaciones agrícolas y un programa para la aplicación de un acceso exento de impuestos y cuotas para las exportaciones de los países menos adelantados) y se evitó una confrontación parecida a la que se observó en la conferencia ministerial anterior.

Los ministros de las principales partes en la negociación se reunieron repetidas veces tras la conferencia de Hong Kong y reafirmaron su compromiso de lograr que las negociaciones lleguen a buen puerto hacia fines de 2006. Los resultados de la Ronda de Doha, para ser considerados satisfactorios, deben ser ambiciosos y ampliar de modo significativo las oportunidades de acceso a los mercados para todos los miembros de la OMC. El movimiento multilateral sin discriminación alguna continúa siendo la mejor alternativa para promover el desarrollo y reducir la pobreza.

Los países ricos usan aranceles non ad valorem con mayor frecuencia que los países en desarrollo

comercio1

Asuntos comerciales fundamentales para el desarrollo

El Banco favorece la eliminación de las medidas proteccionistas que han impedido que los países de ingreso bajo participen en los mercados de exportación de los países ricos. El informe del Banco titulado Perspectivas económicas mundiales 2004: Hacer realidad la promesa de desarrollo del programa de Doha y otros estudios de investigación como Trade. Doha and Development – A window into de Issue, compilado por Richard Newfarmer, y Poverty & the WTO: Impact of the Doha Development Agenda,compilado por Thomas W. Hertel y L. Alan Winters, ambos publicados justo antes de la conferencia ministerial de la OMC realizada en Hong Kong en diciembre de 2005, exponen a grandes rasgos los beneficios que podrían recibir los países en desarrollo y los pobres del mundo si se liberalizara el comercio internacional. Un convenio adecuado a favor de los pobres que reduzca los promedios y las crestas arancelarias, además de las barreras no arancelarias, tanto en los países ricos como en desarrollo, podría propiciar aumentos de los ingresos en todo el mundo y sacar a millones de personas de la pobreza.

Los países de ingreso alto tienen que redoblar sus esfuerzos para cumplir la promesa de desarrollo del programa de Doha. Además de reducir las exclusiones para la agricultura y adoptar normas de origen más comunes y no restrictivas, los países de ingreso alto deben asegurar que las nuevas regulaciones sobre inversión y propiedad intelectual sean apropiadas al nivel de desarrollo de los países asociados, evitando así costos excesivos de ejecución. Deberían asimismo brindar asistencia técnica en las fases de negociación y ejecución, a fin de promover una mayor liberalización de los servicios y reducir los aranceles de las naciones más favorecidas.

Al hacer el balance de los acuerdos comerciales regionales (ACR), que han aumentado ocho veces desde los años ochenta y hoy inciden en el 40% del comercio mundial, el informe del Banco titulado Perspectivas Económicas Mundiales 2005 recomienda a los países que celebran pactos comerciales bilaterales y regionales que los mantengan “abiertos” a fin de no desviar el comercio o producir distorsiones del mercado que penalicen a los países en desarrollo. Para mejorar las perspectivas de una rápida reducción de la pobreza, el informe dice que los países en desarrollo deben liberalizar el comercio en tres frentes: nacional, multilateral y regional.

Los acuerdos comerciales regionales ofrecen ciertas ventajas a algunos países en desarrollo, pero, en general, un acuerdo comercial multilateral que reduce la protección, en especial en las áreas donde los pobres tienen una ventaja competitiva, promete mayores ganancias potenciales a todos los países en desarrollo.

Las áreas específicas que necesitan de reforma son:

Agricultura. Dado que alrededor de 70% de los pobres de los países en desarrollo vive en zonas rurales, las barreras comerciales en la agricultura tienen suma importancia para la reducción de la pobreza. La eliminación de los aranceles, subsidios y programas de ayuda interna permitirían aumentar el bienestar mundial en aproximadamente US$300.000 millones anuales de aquí al año 2015, según afirma el estudio de investigación del Banco Mundial, La reforma comercial agrícola y el programa de desarrollo de Doha publicado en noviembre de 2005. La reforma comercial agrícola generaría cerca de dos tercios de este monto, porque la agricultura está mucho más distorsionada que otros sectores. Los países ricos representan dos terceras partes del comercio mundial y comprenden casi tres cuartas partes del PIB del mundo, motivo por el cual sus políticas internas (y de modo más evidente las referidas a la agricultura) repercuten más en el mercado mundial. Los países en desarrollo están invirtiendo para aumentar su productividad agrícola, pero estas ganancias no se traducirán por completo en la reducción de la pobreza a menos que los países industriales y algunos países de ingreso medio reduzcan su protección comercial agrícola, señala el informe. Si no se reduce la protección en estos países, la mayor productividad agrícola dará lugar a una superproducción y a una caída de los precios de muchos productos básicos, situación que socavará los esfuerzos de los países pobres por ampliar sus exportaciones y los ingresos rurales, además de aumentar la presión por una mayor protección a nivel mundial.

Los productos manufacturados con gran intensidad de mano de obra han sido el segmento del mercado más dinámico de todas las grandes regiones, incluso África. No obstante, las exportaciones de muchos países en desarrollo encuentran obstáculos en los mercados extranjeros – aranceles altos, cuotas, impuestos específicos y estructuras arancelarias “antidesarrollo”– que desalientan cualquier iniciativa de agregar valor en los países pobres.

En el caso de los servicios, existe un enorme potencial para que el desarrollo promueva beneficios recíprocos. Las regulaciones de algunos países en desarrollo siguen protegiendo algunos monopolios estatales ineficientes contra la competencia, lo cual significa un lastre para el crecimiento. Y en algunos países, las leyes nacionales impiden una mayor movilidad laboral que de otra manera contribuiría a mejores estándares de vida tanto en los países de origen como en los países de llegada de la mano de obra.

Ayuda por comercio. El Banco estima que la asistencia adicional para el desarrollo o “ayuda por comercio” es un complemento clave para la ambiciosa liberalización del comercio que prevé la Ronda de Doha, ya que muchos de los países más pobres del mundo son incapaces de aprovechar las nuevas oportunidades comerciales debido a la falta de mecanismos básicos para el comercio, la carencia de instituciones comerciales eficaces y una regulación deficiente. La ayuda por comercio puede contribuir a enfrentar estas restricciones en la oferta y brindar asistencia a los países que la requieren con los costos transitorios de ajuste asociados con la liberalización del comercio.

El tratamiento especial para los países en desarrollo trasciende todas las esferas de la política comercial y afecta las preferencias comerciales y las exenciones a las regulaciones de la OMC. Las preferencias comerciales y las exenciones a las reglas multilaterales no siempre han sido útiles para los países en desarrollo. Por lo general, dichas preferencias han demostrado ser poco fiables, mientras que los beneficios del acceso preferencial selectivo para algunos productos básicos o países se ven obstaculizados por normas de origen complejas. Asimismo, la mayoría de los pobres del mundo no vive en los países más pobres, motivo por el cual las preferencias comerciales de las que gozan tales países no benefician a las tres cuartas partes de los extremadamente pobres del mundo que residen en otros países. No obstante, los países en desarrollo necesitan ayuda para poner en práctica los acuerdos de la OMC que implican costos de ejecución.

Al poner en práctica las nuevas normas de la OMC, los nuevos acuerdos serán más efectivos si reconocen las diferencias en la capacidad interna de cada uno de los países. Para aprovechar un entorno comercial liberalizado, los países en desarrollo tienen que eliminar las barreras a la competencia internacional en sus propias economías. En muchos casos, estos esfuerzos de liberalización se deberán complementar con mecanismos de salvaguardia que protejan a los productores pobres contra las oleadas de importación y que calmen las preocupaciones sobre los eventuales costos del ajuste. El Banco Mundial apoya estos mecanismos con préstamos y asistencia técnica.

Facilitación del comercio en los países pobres

En líneas más generales, el Banco ayuda a los países en desarrollo en sus esfuerzos por mejorar su capacidad para desenvolverse en los mercados internacionales. Muchos países de ingreso bajo no han podido integrarse a la economía global debido a sus políticas e instalaciones deficientes. El Banco trabaja con los gobiernos para reforzar la infraestructura, los servicios, los sistemas financieros y otros sectores de la economía que son esenciales para lograr avances en el comercio y el desarrollo. En los últimos dos años, se han lanzado estudios exhaustivos sobre cómo aumentar el comercio en más de 20 países de ingreso.

El Banco también participa con otros cinco organismos, entro los que figura la OMC, en el Marco integrado para la asistencia técnica relacionada con el comercio de los países menos adelantados, programa de múltiples donantes creado en 1996 que ayuda a los países menos adelantados a ampliar su participación en la economía global mediante la incorporación del comercio en las estrategias de reducción de la pobreza. El Banco ha aportado US$1,8 millones a un fondo fiduciario para apoyar estas actividades. Bajo este marco integrado, se realizó un estudio que identifica las áreas donde la asistencia técnica o la inversión podrían mejorar la capacidad comercial de los países. Las recomendaciones de los estudios se someten al análisis de los donantes de la ayuda para estudiar las posibilidades de financiamiento y se incorporan a las operaciones crediticias del Banco.

En base a una solicitud del G-8, el Banco y el FMI desarrollaron el concepto de un Marco integrado perfeccionado. El objetivo de esta iniciativa es aumentar el financiamiento multianual (en el orden de US$200 millones a US$400 millones en un período de 3 a 5 años) para realizar un seguimiento más eficaz a los estudios de diagnóstico mediante el establecimiento de mecanismos de seguimiento más sólidos dentro de los países y el mejoramiento de la estructura de gestión y adopción de decisiones del Marco integrado. Un grupo de estudio conformado por donantes y PMD está formulando propuestas concretas para el Marco integrado perfeccionado, el cual debería comenzar a operar en enero de 2007.

Finalmente, el Banco lleva a cabo programas de capacitación comercial a través del Instituto del Banco Mundial, a menudo en asociación con los grupos de expertos y las instituciones de enseñanza de los países en desarrollo. El Banco también apoya la participación de los países en desarrollo en la Organización Mundial del Comercio y como miembros de los acuerdos comerciales regionales. El Banco ha brindado análisis y apoyo a agrupaciones regionales en África, América Latina y Asia.

En marzo de 2006, el Grupo de Evaluación Independiente (IEG, por sus siglas en inglés), control interno del Banco, publicó un informe sobre el trabajo realizado por nuestra institución en el ámbito del comercio en un período de 17 años: Evaluación del apoyo del Banco Mundial al comercio1987-2004: Una evaluación del IEG. Vea el informe completo en la siguiente dirección: http://www.worldbank.org/ieg/trade/ i

Este informe analiza el aporte del Banco al logro de un comercio más libre en los países en desarrollo y hace recomendaciones concretas sobre cómo promover las oportunidades comerciales para aliviar mejor la pobreza en el futuro.



Entre 1987 y 2004, el 8,1% de todos los créditos comprometidos por el Banco (US$38.000 millones) estuvo destinado a 117 países para ayudarles a integrarse mejor a la economía mundial. El estudio indica que el apoyo del Banco Mundial al comercio ayudó a abrir los mercados, pero no logró los mismos resultados a la hora de fomentar las exportaciones y el crecimiento y de aliviar la pobreza de acuerdo a lo previsto. La evaluación recomienda al Banco Mundial que preste mayor atención al tema de la pobreza y la distribución y amortigüe los impactos asociados a las políticas comerciales.

La administración aceptó estas recomendaciones y puso en marcha una variedad de medidas y programas para abordar los vacíos identificados, en particular con respecto a la mejor integración de las políticas comerciales al trabajo a nivel de país y a las operaciones.

Última actualización: abril de 2006

Contacto para los medios de comunicación:

Christian Hofer: (202) 458 0936, chofer@worldbank.org