Friday, June 23, 2006

El comercio, la ronda de Doha y la reducción de la pobreza

El comercio, la ronda de Doha y la reducción de la pobreza

“El comercio es el eslabón perdido cuando hablamos de empleo y oportunidades. A menos que las personas de África y otros países pobres tengan acceso a mercados donde puedan vender sus productos, no podrán escapar de la pobreza ni dar a sus hijos un futuro mejor”, afirmó Paul Wolfowitz, presidente del Banco Mundial, el 7 de diciembre de 2005 en el National Press Club en Washington DC.

PANORAMA GENERAL

Un buen resultado en pro del desarrollo de la Ronda de Doha implicaría que: (1) los países ricos liberalicen sus políticas comerciales agrícolas, donde el acceso a los mercados a través de la reducción de la ayuda interna (por ejemplo, en la industria del algodón) sería un elemento decisivo; (2) todos los países participen, incluidos los países en desarrollo, quienes se verían más favorecidos por su propia liberalización y por la expansión del comercio entre los países del hemisferio Sur (comercio sur-sur); esto significa que el G-20 debe responder a las reformas agrícolas en los países industrializados eliminando las barreras impuestas al comercio de productos manufacturados y servicios; por su parte, los países más pobres deben asumir los compromisos básicos con la OMC en lugar de depender de disposiciones de tratamiento especial y diferenciado para evitar emprender acciones; y (3) se implantara la “ayuda por comercio”, es decir, una mayor ayuda a los países pobres para mejorar la infraestructura y la eliminación de las restricciones a sus esfuerzos por ampliar el comercio, todo ello como complemento importante a ambiciosas reformas comerciales, pero bajo ninguna circunstancia como sustito de tales reformas.

Los países en desarrollo se han mantenido activos en su exploración de nuevas oportunidades comerciales. En ese sentido, la participación de mercado de los países en desarrollo en el comercio mundial (exportaciones más importaciones) aumentó de 23% a 27% entre los años 2000 y 2004.

Los países en desarrollo aún deben enfrentar distorsiones comerciales significativas: el apoyo al sector agrícola (incluidos subsidios que distorsionan el comercio y obstáculos al comercial internacional) en los países desarrollados asciende a unos US$350.000 millones, más que el PIB de África y más de tres veces el nivel de ayuda extranjera en el año 2005.

Los países de ingreso alto de la OCDE continúan imponiendo restricciones comerciales a las exportaciones de los países de ingreso bajo que son relativamente mayores a las que imponen a sus demás socios comerciales (según evidencian las estimaciones del índice de restricciones comerciales).

Descripción general

El comercio internacional puede jugar un papel importante en la lucha contra la pobreza, ya que genera empleos e impulsa el desarrollo económico de los países en desarrollo. Los países que ingresaron a los mercados de exportaciones a través del comercio y afianzaron sus vínculos con la economía mundial han tendido a crecer con mayor rapidez que aquellos que no lo hicieron.

Desafortunadamente, muchos países en desarrollo enfrentan enormes obstáculos para hacer realidad las posibles ventajas que el ofrece un aumento del comercio. Estos países se ven obstaculizados por una infraestructura deficiente y políticas de gobierno que han fracasado al tratar de promover la inversión y la seguridad económica.

Aunque muchos de estos gobiernos han incrementado sus esfuerzos por hacer frente a estas deficiencias, se han visto excluidos de los principales mercados de los países ricos debido a los altos aranceles y a otras barreras impuestas a los productos agrícolas y manufacturados que tratan de vender, precisamente las áreas en que tienen ventajas competitivas. El Banco Mundial, como parte de su estrategia general para la reducción de la pobreza, aboga por una reforma del comercio tanto a nivel nacional como mundial, a fin de ayudar a los países en desarrollo a aprovechar los nuevos mercados.

Se van eliminando barreras

A nivel mundial, el Banco trata de lograr que el sistema comercial internacional sea más propicio para los países en desarrollo y con este fin fomenta la liberalización comercial y trabaja en colaboración con los países en desarrollo, los asociados no gubernamentales y la Organización Mundial del Comercio (OMC) para promover avances en las negociaciones comerciales de la Ronda de Doha. Esta fue la primera vez que el tema central de las conversaciones de una ronda multilateral de negociaciones comerciales (que se inició en Doha, Qatar en noviembre de 2001) giró en torno a los intereses de los países en desarrollo. Habiendo transcurrido ya cuatro años, los negociadores continúan luchando por lograr que la ronda genere resultados significativos orientados al desarrollo. En ese sentido, la sexta conferencia ministerial de la OMC celebrada entre el 13 y 18 de diciembre de 2005 en Hong Kong, China, obtuvo resultados modestos, aunque hubo una sensación generalizada de alivio por haber logrado algunos avances (por ejemplo, el acuerdo sobre la fecha final (2013) para la eliminación de los subsidios a las exportaciones agrícolas y un programa para la aplicación de un acceso exento de impuestos y cuotas para las exportaciones de los países menos adelantados) y se evitó una confrontación parecida a la que se observó en la conferencia ministerial anterior.

Los ministros de las principales partes en la negociación se reunieron repetidas veces tras la conferencia de Hong Kong y reafirmaron su compromiso de lograr que las negociaciones lleguen a buen puerto hacia fines de 2006. Los resultados de la Ronda de Doha, para ser considerados satisfactorios, deben ser ambiciosos y ampliar de modo significativo las oportunidades de acceso a los mercados para todos los miembros de la OMC. El movimiento multilateral sin discriminación alguna continúa siendo la mejor alternativa para promover el desarrollo y reducir la pobreza.

Los países ricos usan aranceles non ad valorem con mayor frecuencia que los países en desarrollo

comercio1

Asuntos comerciales fundamentales para el desarrollo

El Banco favorece la eliminación de las medidas proteccionistas que han impedido que los países de ingreso bajo participen en los mercados de exportación de los países ricos. El informe del Banco titulado Perspectivas económicas mundiales 2004: Hacer realidad la promesa de desarrollo del programa de Doha y otros estudios de investigación como Trade. Doha and Development – A window into de Issue, compilado por Richard Newfarmer, y Poverty & the WTO: Impact of the Doha Development Agenda,compilado por Thomas W. Hertel y L. Alan Winters, ambos publicados justo antes de la conferencia ministerial de la OMC realizada en Hong Kong en diciembre de 2005, exponen a grandes rasgos los beneficios que podrían recibir los países en desarrollo y los pobres del mundo si se liberalizara el comercio internacional. Un convenio adecuado a favor de los pobres que reduzca los promedios y las crestas arancelarias, además de las barreras no arancelarias, tanto en los países ricos como en desarrollo, podría propiciar aumentos de los ingresos en todo el mundo y sacar a millones de personas de la pobreza.

Los países de ingreso alto tienen que redoblar sus esfuerzos para cumplir la promesa de desarrollo del programa de Doha. Además de reducir las exclusiones para la agricultura y adoptar normas de origen más comunes y no restrictivas, los países de ingreso alto deben asegurar que las nuevas regulaciones sobre inversión y propiedad intelectual sean apropiadas al nivel de desarrollo de los países asociados, evitando así costos excesivos de ejecución. Deberían asimismo brindar asistencia técnica en las fases de negociación y ejecución, a fin de promover una mayor liberalización de los servicios y reducir los aranceles de las naciones más favorecidas.

Al hacer el balance de los acuerdos comerciales regionales (ACR), que han aumentado ocho veces desde los años ochenta y hoy inciden en el 40% del comercio mundial, el informe del Banco titulado Perspectivas Económicas Mundiales 2005 recomienda a los países que celebran pactos comerciales bilaterales y regionales que los mantengan “abiertos” a fin de no desviar el comercio o producir distorsiones del mercado que penalicen a los países en desarrollo. Para mejorar las perspectivas de una rápida reducción de la pobreza, el informe dice que los países en desarrollo deben liberalizar el comercio en tres frentes: nacional, multilateral y regional.

Los acuerdos comerciales regionales ofrecen ciertas ventajas a algunos países en desarrollo, pero, en general, un acuerdo comercial multilateral que reduce la protección, en especial en las áreas donde los pobres tienen una ventaja competitiva, promete mayores ganancias potenciales a todos los países en desarrollo.

Las áreas específicas que necesitan de reforma son:

Agricultura. Dado que alrededor de 70% de los pobres de los países en desarrollo vive en zonas rurales, las barreras comerciales en la agricultura tienen suma importancia para la reducción de la pobreza. La eliminación de los aranceles, subsidios y programas de ayuda interna permitirían aumentar el bienestar mundial en aproximadamente US$300.000 millones anuales de aquí al año 2015, según afirma el estudio de investigación del Banco Mundial, La reforma comercial agrícola y el programa de desarrollo de Doha publicado en noviembre de 2005. La reforma comercial agrícola generaría cerca de dos tercios de este monto, porque la agricultura está mucho más distorsionada que otros sectores. Los países ricos representan dos terceras partes del comercio mundial y comprenden casi tres cuartas partes del PIB del mundo, motivo por el cual sus políticas internas (y de modo más evidente las referidas a la agricultura) repercuten más en el mercado mundial. Los países en desarrollo están invirtiendo para aumentar su productividad agrícola, pero estas ganancias no se traducirán por completo en la reducción de la pobreza a menos que los países industriales y algunos países de ingreso medio reduzcan su protección comercial agrícola, señala el informe. Si no se reduce la protección en estos países, la mayor productividad agrícola dará lugar a una superproducción y a una caída de los precios de muchos productos básicos, situación que socavará los esfuerzos de los países pobres por ampliar sus exportaciones y los ingresos rurales, además de aumentar la presión por una mayor protección a nivel mundial.

Los productos manufacturados con gran intensidad de mano de obra han sido el segmento del mercado más dinámico de todas las grandes regiones, incluso África. No obstante, las exportaciones de muchos países en desarrollo encuentran obstáculos en los mercados extranjeros – aranceles altos, cuotas, impuestos específicos y estructuras arancelarias “antidesarrollo”– que desalientan cualquier iniciativa de agregar valor en los países pobres.

En el caso de los servicios, existe un enorme potencial para que el desarrollo promueva beneficios recíprocos. Las regulaciones de algunos países en desarrollo siguen protegiendo algunos monopolios estatales ineficientes contra la competencia, lo cual significa un lastre para el crecimiento. Y en algunos países, las leyes nacionales impiden una mayor movilidad laboral que de otra manera contribuiría a mejores estándares de vida tanto en los países de origen como en los países de llegada de la mano de obra.

Ayuda por comercio. El Banco estima que la asistencia adicional para el desarrollo o “ayuda por comercio” es un complemento clave para la ambiciosa liberalización del comercio que prevé la Ronda de Doha, ya que muchos de los países más pobres del mundo son incapaces de aprovechar las nuevas oportunidades comerciales debido a la falta de mecanismos básicos para el comercio, la carencia de instituciones comerciales eficaces y una regulación deficiente. La ayuda por comercio puede contribuir a enfrentar estas restricciones en la oferta y brindar asistencia a los países que la requieren con los costos transitorios de ajuste asociados con la liberalización del comercio.

El tratamiento especial para los países en desarrollo trasciende todas las esferas de la política comercial y afecta las preferencias comerciales y las exenciones a las regulaciones de la OMC. Las preferencias comerciales y las exenciones a las reglas multilaterales no siempre han sido útiles para los países en desarrollo. Por lo general, dichas preferencias han demostrado ser poco fiables, mientras que los beneficios del acceso preferencial selectivo para algunos productos básicos o países se ven obstaculizados por normas de origen complejas. Asimismo, la mayoría de los pobres del mundo no vive en los países más pobres, motivo por el cual las preferencias comerciales de las que gozan tales países no benefician a las tres cuartas partes de los extremadamente pobres del mundo que residen en otros países. No obstante, los países en desarrollo necesitan ayuda para poner en práctica los acuerdos de la OMC que implican costos de ejecución.

Al poner en práctica las nuevas normas de la OMC, los nuevos acuerdos serán más efectivos si reconocen las diferencias en la capacidad interna de cada uno de los países. Para aprovechar un entorno comercial liberalizado, los países en desarrollo tienen que eliminar las barreras a la competencia internacional en sus propias economías. En muchos casos, estos esfuerzos de liberalización se deberán complementar con mecanismos de salvaguardia que protejan a los productores pobres contra las oleadas de importación y que calmen las preocupaciones sobre los eventuales costos del ajuste. El Banco Mundial apoya estos mecanismos con préstamos y asistencia técnica.

Facilitación del comercio en los países pobres

En líneas más generales, el Banco ayuda a los países en desarrollo en sus esfuerzos por mejorar su capacidad para desenvolverse en los mercados internacionales. Muchos países de ingreso bajo no han podido integrarse a la economía global debido a sus políticas e instalaciones deficientes. El Banco trabaja con los gobiernos para reforzar la infraestructura, los servicios, los sistemas financieros y otros sectores de la economía que son esenciales para lograr avances en el comercio y el desarrollo. En los últimos dos años, se han lanzado estudios exhaustivos sobre cómo aumentar el comercio en más de 20 países de ingreso.

El Banco también participa con otros cinco organismos, entro los que figura la OMC, en el Marco integrado para la asistencia técnica relacionada con el comercio de los países menos adelantados, programa de múltiples donantes creado en 1996 que ayuda a los países menos adelantados a ampliar su participación en la economía global mediante la incorporación del comercio en las estrategias de reducción de la pobreza. El Banco ha aportado US$1,8 millones a un fondo fiduciario para apoyar estas actividades. Bajo este marco integrado, se realizó un estudio que identifica las áreas donde la asistencia técnica o la inversión podrían mejorar la capacidad comercial de los países. Las recomendaciones de los estudios se someten al análisis de los donantes de la ayuda para estudiar las posibilidades de financiamiento y se incorporan a las operaciones crediticias del Banco.

En base a una solicitud del G-8, el Banco y el FMI desarrollaron el concepto de un Marco integrado perfeccionado. El objetivo de esta iniciativa es aumentar el financiamiento multianual (en el orden de US$200 millones a US$400 millones en un período de 3 a 5 años) para realizar un seguimiento más eficaz a los estudios de diagnóstico mediante el establecimiento de mecanismos de seguimiento más sólidos dentro de los países y el mejoramiento de la estructura de gestión y adopción de decisiones del Marco integrado. Un grupo de estudio conformado por donantes y PMD está formulando propuestas concretas para el Marco integrado perfeccionado, el cual debería comenzar a operar en enero de 2007.

Finalmente, el Banco lleva a cabo programas de capacitación comercial a través del Instituto del Banco Mundial, a menudo en asociación con los grupos de expertos y las instituciones de enseñanza de los países en desarrollo. El Banco también apoya la participación de los países en desarrollo en la Organización Mundial del Comercio y como miembros de los acuerdos comerciales regionales. El Banco ha brindado análisis y apoyo a agrupaciones regionales en África, América Latina y Asia.

En marzo de 2006, el Grupo de Evaluación Independiente (IEG, por sus siglas en inglés), control interno del Banco, publicó un informe sobre el trabajo realizado por nuestra institución en el ámbito del comercio en un período de 17 años: Evaluación del apoyo del Banco Mundial al comercio1987-2004: Una evaluación del IEG. Vea el informe completo en la siguiente dirección: http://www.worldbank.org/ieg/trade/ i

Este informe analiza el aporte del Banco al logro de un comercio más libre en los países en desarrollo y hace recomendaciones concretas sobre cómo promover las oportunidades comerciales para aliviar mejor la pobreza en el futuro.



Entre 1987 y 2004, el 8,1% de todos los créditos comprometidos por el Banco (US$38.000 millones) estuvo destinado a 117 países para ayudarles a integrarse mejor a la economía mundial. El estudio indica que el apoyo del Banco Mundial al comercio ayudó a abrir los mercados, pero no logró los mismos resultados a la hora de fomentar las exportaciones y el crecimiento y de aliviar la pobreza de acuerdo a lo previsto. La evaluación recomienda al Banco Mundial que preste mayor atención al tema de la pobreza y la distribución y amortigüe los impactos asociados a las políticas comerciales.

La administración aceptó estas recomendaciones y puso en marcha una variedad de medidas y programas para abordar los vacíos identificados, en particular con respecto a la mejor integración de las políticas comerciales al trabajo a nivel de país y a las operaciones.

Última actualización: abril de 2006

Contacto para los medios de comunicación:

Christian Hofer: (202) 458 0936, chofer@worldbank.org

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